El hombre más rico de la tierra y CEO de un sin fin de compañías, Elon Musk, recientemente emprendió una demanda legal contra OpenAI y su director ejecutivo, Sam Altman. Entrando en detalles, Musk alega que la compañía que actualmente se trata del rostro de la inteligencia artificial generativa se ha desviado de su propósito original de desarrollar IA que beneficie a toda la humanidad. De igual manera, el empresario acusa a OpenAI de haberse convertido en una “filial de facto de código cerrado” de Microsoft, la cual ahora está enfocada en generar beneficios económicos en lugar de beneficiar a la humanidad.
Con eso en mente, recordemos que Elon Musk fue uno de los cofundadores originales de OpenAI en el ahora lejano 2015, pero tres años después de la fundación el empresario dejaría la compañía por un conflicto de interés y diferencias en la visión para el futuro de esta. Hoy en día el empresario ya no posee participación en OpenAI; además, en tiempos recientes se ha mostrado muy crítico de la empresa y de la IA en general.
Adelantando la cinta a 2024 y tenemos a Musk dejando las críticas y advertencias sobre los riesgos del desarrollo de la IA para emprender acciones legales contra la principal compañía en este terreno. No obstante, en vista de la historia entre este individuo y OpenAI es natural preguntarnos si esta demanda tiene fundamento alguno o si en su lugar se trata del berrinche de un millonario que se marchó de la empresa después de que no le permitiesen hacer las cosas a su manera.
¿De qué va la demanda de Elon Musk a OpenAI?
Entrando en materia, el propio Musk explica que la demanda busca obligar a OpenAI a adherirse a su acuerdo fundacional y “volver a su misión de desarrollar AGI en beneficio de la humanidad”, en lugar de beneficiar a Altman, Brockman y a Microsoft, “la empresa de tecnología más grande del mundo”. Como cabe esperar, se crítica fuertemente la transformación de una organización sin fines de lucro a una empresa con fines de lucro.
La demanda afirma que el funcionamiento exacto del modelo de lenguaje GPT-4 es un misterio para el público, y encima de eso menciona que es mejor en el razonamiento lógico que la mayoría de los humanos, lo cual supone un riesgo para la humanidad. Más preocupante aún, son las alegaciones de que GPT-4 o el siguiente modelo de la compañía estarían cerca del terreno de la inteligencia artificial general, el hito de la IA que marcaría un antes y un después para la civilización humana.
Asimismo, Musk parece tener bastante bronca con el rol de Microsoft en OpenAI. La demanda acusa Brockman y Sam Altman de haberse aprovechado de la influencia de Microsoft para volver a la empresa después de su tumultuoso despido, así como también crítica el reemplazo de miembros de la junta directiva de la compañía por individuos elegidos por Microsoft.
“Los nuevos miembros de la Junta carecen de experiencia sustancial en IA y, según la información y las creencias, no están bien equipados por diseño para tomar una determinación independiente sobre si OpenAI ha alcanzado AGI y, por lo tanto, cuándo ha desarrollado un algoritmo que está fuera del alcance de Microsoft. licencia”, afirma la demanda, la cual pueden leer en su totalidad en este enlace.
This is why Elon is suing OpenAI pic.twitter.com/Py8UOlLq43
— Teslaconomics (@Teslaconomics) March 2, 2024
OpenAI refuta las acusaciones de Elon Musk
Todavía no hay declaraciones públicas por parte de OpenAI sobre esta demanda, pero un memorándum interno de la compañía dirigido a sus empleados ya nos indica que piensan los directivos de esta. En este orden de ideas, los ejecutivos de OpenAI han cuestionado las afirmaciones que Elon Musk presentó en la demanda y afirmaron que el director ejecutivo de Tesla simplemente está molesto porque ya no forma parte de la startup de inteligencia artificial más importante del mundo. Más interesante todavía, el director de estrategia Jason Kwon, refutó en el memo las principales alegaciones de Musk.
“Las acusaciones de Musk, incluidas las afirmaciones de que GPT-4 es un AGI, que el acceso abierto a nuestra tecnología es la clave para la misión y que somos una subsidiaria de facto de Microsoft, no reflejan la realidad de nuestro trabajo o misión.”, dijo Jason Kwon en un memorando a los empleados.
Entrando en detalles, Jason Kwon negó que GPT-4 se tratase de AGI (Inteligencia Artificial General). “Es importante destacar que un AGI será un sistema altamente autónomo lo suficientemente capaz de idear soluciones novedosas para desafíos de larga data; GPT-4 no puede hacer eso”.
Según el memo, OpenAI no ha abandonado su misión original
Cuando se trata de las alegaciones de que OpenAI ha abandonado su misión original de beneficiar a la humanidad Kwon tiene lo siguiente para decir: “Hemos descubierto que la estrategia de crear tecnología de vanguardia y hacerla ampliamente disponible mediante API y productos sirve mejor a ambas partes de esta misión, ya que podemos atraer el capital necesario, hacer que la tecnología sea ampliamente utilizable y también proporcionar barreras de seguridad como exige la sociedad y la conciencia.”
Y sobre las acusaciones de que OpenAI está en la cama con Microsoft, Kwon afirmó que solo ellos deciden como dirigir la compañía y dictaminan los productos que se desarrollan para cumplir su cometido. De igual manera, el ejecutivo hizo hincapié en que de hecho ChatGPT compite directamente con Copilot de Microsoft, lo que también se extiende a las versiones empresariales de estos productos (ChatGPT Enterprise y Copilot para Microsoft 365).
Curiosamente, el memo también nos dejó saber que piensa el propio Altman sobre la situación, “Nunca iba a ser pan comido… los ataques seguirán llegando.”
La hipocresía de Musk
No podemos pasar página sin antes escuchar lo que muchos internautas tienen para decir sobre el señor Musk, pues si bien a simple vista su demanda procede de un lugar de genuina preocupación, hay que recordar que el mismo individuo que la está haciendo tiene a su propia compañía privada trabajando tras bambalinas en el desarrollo de inteligencia artificial avanzada (véase xAI y Grok), esto por no mencionar que sus otras empresas (como Neuralink) también tienen fricciones en el ámbito de lo ético y moral.
De igual manera, muchos acusan a Elon de hacer esta demanda por resentimiento guardado hacia OpenAI y sus fundadores, no por genuina preocupación sobre los riesgos de la IA o por el beneficio común. Recordemos que en algún punto de 2018 el empresario pujó por el control total de la compañía, pero ante la negativa de los demás miembros terminó dejando la empresa.
Otra razón hipotética para lanzar esta demanda son los millones invertidos por el empresario en el pasado, cuando la compañía no tenía fines de lucro ni el respaldo millonario de Microsoft, pues debe doler haber invertido una millonada y no recibir nada a cambio ahora que el negocio de la IA está prosperando. En total, Musk invirtió más de 44 millones de dólares en OpenAI desde 2016 hasta septiembre de 2020, según indica la demanda.
Dejando las opiniones sobre Musk a un lado, lo cierto del asunto es que su demanda no tiene bases muy sólidas, pues para que haya un incumplimiento de contrato, debe de haber un contrato en primer lugar.
Elon Musk tiene un caso débil contra OpenAI
Como ya mencionamos, el caso legal contra OpenAI no es muy sólido dado que Musk está alegando incumplimiento de contrato como base legal, pero resulta y acontece que para tener un contrato válido se necesita una oferta, una aceptación y un intercambio de valor.
Lo más importante es que los contratos deben estar escritos, demostrar que existe un contrato no escrito, cuáles son sus términos y si son ejecutables es extraordinariamente difícil, y a las cortes no les gusta operar de esta manera, especialmente cuando se trata de entidades de este calibre.
En este caso, la demanda hace referencia a un “Acuerdo Fundacional”, pero en el documento no se adjunta ningún acuerdo Fundacional como prueba, y el reclamo por incumplimiento de contrato admite que dicho acuerdo es básicamente la impresión que Musk tuvo durante los correos intercambiados con los fundadores de la compañía especializada en IA.
“Este acuerdo fundacional está plasmado, entre otros lugares, en los Artículos de Incorporación fundacionales de OpenAI, Inc. y en numerosas comunicaciones escritas entre el Demandante y los Demandados durante un período de varios años”.
De igual manera, por artículos de incorporación se entienden unas vagas líneas sobre la visión y modus operandi de la compañía, las cuales nos dan entender que “El objetivo específico de esta corporación (OpenAI) es proporcionar financiamiento para la investigación, desarrollo y distribución de tecnología relacionada con la inteligencia artificial… La corporación no está organizada para el beneficio privado de ninguna persona.”
Aunque podemos coincidir en que eso último ya no es cierto, el escrito de arriba de ninguna manera constituye un contrato legal firmado por las partes involucradas. En pocas palabras, los abogados de Musk la tendrán difícil, pues la evidencia expuesta hasta ahora no parece cumplir los requisitos básicos para una demanda.
¿Pasará la demanda?
Si bien actualmente la mayoría de abogados y expertos que han dado sus dos centavos al respecto coinciden en que la demanda tiene pocas posibilidades de seguir adelante debido a sus débiles bases y falta de contrato escrito, hay que tomar en cuenta que estamos hablando del hombre más rico de la tierra, y seguramente sus abogados moverán cielo y tierra por darle lo que quiere (o al menos para justificar su sueldo).
De igual manera, hay precedentes de intercambios de correo electrónico siendo considerados contratos formales y legalmente vinculantes. Es complicado y obviamente no se suele hacer, pero en las circunstancias adecuadas, un intercambio de correo electrónico puede cumplir los requisitos de un acuerdo vinculante.
Por lo tanto, por muy débil que sea el caso de Musk contra OpenAI, todavía no podemos descartar la posibilidad de que su demanda sea fructífera, aunque personalmente no apostaríamos por este desenlace.
El cambio de OpenAI a una empresa con fines de lucro es legal
Dejando de lado la demanda y si tiene o no oportunidad de llegar a la corte, surge una pregunta que todos nos hacemos (incluyendo el propio), ¿es legal el cambio de OpenAI a una organización con fines de lucro? Pues, de hecho, sí.
A todos los efectos, OpenAI nació con una idea muy clara de trabajar en beneficio de la humanidad y desarrollar la inteligencia artificial de forma responsable, y estas premisas fueron las que, en su momento, permitieron a la compañía lanzar rondas de financiación muy ambiciosas que, en definitiva, hizo posible su éxito. Más adelante la compañía atrajo inversiones de compañías Big Tech y otros inversionistas centrados en aplicaciones prácticas para la tecnología y en conseguir rentabilidad económica, lo que obviamente terminó transformando a la compañía.
Este cambio no fue abrupto, sino más bien una estrategia deliberada por parte de la empresa, que reconoció la necesidad de atraer capital para respaldar su ambiciosa misión en el desarrollo de la IA. Esta necesidad de financiación y recursos fue un factor clave detrás de la transición. Al adoptar un modelo con fines de lucro, OpenAI podría acceder a nuevas vías de inversión y movilización de recursos, que son fundamentales para sostener y avanzar en su trabajo en IA.
Con eso en mente, legalmente no hay restricciones que prevengan a una organización sin fines de lucro de poseer una compañía con fines de lucro. Esta flexibilidad permite a las organizaciones diversificar sus modelos operacionales para alcanzar sus metas y es exactamente lo que está haciendo OpenAI hoy en día.
La estructura actual de la compañía responde a estas interrogantes
Si nos dirigimos al propio sitio de OpenAI, veremos que su estructura cambió para reflejar mejor su estado actual. En este sentido, una lectura rápida de la página nos dice que la filial con fines de lucro está totalmente controlada por la organización sin fines de lucro. De igual manera, la junta sigue siendo mayoritariamente independiente. Los directores independientes no poseen acciones en OpenAI. Incluso Sam Altman no posee acciones directamente.
Asimismo, se limitan las ganancias asignadas a inversores y empleados, incluido Microsoft. Todo el valor residual creado por encima y más allá del límite se devolverá a la organización sin fines de lucro en beneficio de la humanidad.
Por último, es la junta directiva quien determina cuando se alcanza el punto de la AGI (inteligencia artificial general), y tal sistema supuestamente quedaría excluido de las licencias de propiedad intelectual y otros términos comerciales con Microsoft.
FUENTE: Gizcomputer.com