En los últimos años el concepto de “la nube” se ha puesto muy de moda. Y tiene sentido. Nos han vendido sus bondades por activa y por pasiva y ya la mayoría de usuarios de internet utilizan este servicio, ya sea con un uso intensivo (para almacenar todas sus fotos, por ejemplo) o como algo puntual (para archivos que necesiten tener siempre disponibles). El caso es que guardar los documentos y fotos en la nube no está exento de peligro o riesgo. Y, en cierto modo, está en tu mano protegerte.
Hoy te cuento qué es la nube y cómo puedes protegerte principalmente en dos ramas: para que nadie pueda acceder a tus archivos sin tu consentimiento y para que no pierdas nunca tu información.
¿Qué es la nube?
La nube es la red de servidores remotos conectados a internet que se utiliza para almacenar administrar y procesar datos. Es decir, es un servicio intangible que nos permite como usuarios guardar nuestros datos de forma segura y fácilmente accesible desde cualquier lugar. No todos los servicios de la nube son iguales y, aunque los más conocidos son Alibaba Cloud, Amazon Web Services (AWS), Google Cloud, IBM Cloud y Microsoft Azure, existen muchos más.
Aunque la nube se puede utilizar con muchísimos propósitos, este artículo está enfocado al usuario doméstico, ese que apenas quiere guardar en ella sus fotos del día a día, algunos documentos del trabajo o de los estudios y similares.
La nube no es gratuita como tal, pero muchos de estos servicios ofrecen planes gratis con un límite de capacidad para “enganchar” a sus usuarios. Pero si quieres más tendrás que pasar por caja y contratar alguno de sus planes de suscripciones.
5 gestos que deberías hacer su tienes tus archivos y fotos en la nube
Si quieres que tus archivos y fotos en la nube estén protegidos y seguros, te dejo a continuación cinco consejos que son muy interesantes para que evites en la mayor medida de lo posible los riesgos de la nube. Estos riesgos pasan principalmente por perder tu contenido y también que haya filtraciones de ellos debido a una brecha de seguridad.
Guardar copia de seguridad de tus archivos y fotos en la nube
Es imperativo. Siempre debes tener al menos una copia de seguridad de tus archivos y fotos. Muchas veces caemos en el error de confiarnos de que tenemos nuestros datos en el ordenador, en la nube o en el móvil y con esto creemos que ya lo tenemos todo resuelto. Y no es así. Este tipo de métodos pueden fallar y tener todos los huevos en una misma cesta puede darnos muchos quebraderos de cabeza. Los soportes físicos (PC, móvil, discos duros…) no son eternos y tarde o temprano se van a estropear, por lo que, si no tenemos una copia de seguridad de nuestros archivos, podemos perder toda la información. La nube, aunque no se “estropee” como tal, también puede sufrir sus propios riesgos. Así que el primer consejo que te voy a dar es que siempre tengas una copia de seguridad en dos soportes diferentes.
Vigilar los permisos de acceso
En principio, creemos que la nube es privada. Y debería serlo. Pero aquí puedes caer en dos errores: poner una contraseña vulnerable o otorgar permisos públicos. En este sentido, te recomiendo que controles bien que no existen permisos para que las personas de fuera puedan acceder y que, en caso de que tengas que darlos, estés seguro de que solo estás otorgando estos permisos a las personas oportunas y a los archivos que necesitas compartir, no a todos. Además, también puedes filtrar si quieres permisos de solo ver o de edición. Esto es muy importante.
No cedas tus datos o fotos más sensibles
Tienes que recordar bien esto: todo lo que está en internet puede ser público en algún momento. Por mucho que lo blindes, por mucho que trates de protegerlo, al final, en internet todo puede ser vulnerable. No subas aquello que de ninguna manera quieras que en algún momento pueda filtrarse. Y con esto me refiero a fotos comprometidas, archivos y documentos con información sensible, etc. Si no quieres que caiga en manos de terceros, no lo subas.
Cuidado con quien está detrás del servicio
Otro error habitual es utilizar el primer servicio de nube que se cruza en tu camino. Y si vas a utilizarlo de manera puntual, casi anecdótica (como es mi caso, algo que te contaré a continuación), puede darte un poco más igual y ser una buena opción. Pero si vas a confiar tus archivos y fotos en la nube te recomiendo que investigues un poco quién está detrás del servicio que estás valorando utilizar y que mires más allá del precio. Porque a veces lo barato puede salir caro.
Mantén las actualizaciones al día
El mayor problema de la nube es que puede ser vulnerable de sufrir un ciberataque y robar toda la información de los usuarios que están utilizándolo. Tú puedes proteger una parte, tus credenciales de acceso, utilizando contraseñas seguras, incluso habilitando un doble factor de autenticación siempre que el servicio lo permita (que debería ser lo ideal). Pero no puedes proteger que sea la propia empresa la que sufra un ciberataque que robe toda su información y, con ella, tus datos. A medio camino entre todo esto está el hecho de mantener las actualizaciones al día, ya que son las herramientas con las que cuentan estos servicios en la nube para evitar fallos de seguridad, resolver bugs y mejorar las funcionalidades. Aunque te dé pereza, es imperativo hacerlas en cuanto salen.
Así utilizo yo la nube
La verdad que uso muy poquito los servicios tradicionales de la nube. Reconozco que es más cómodo, porque te permite acceder a la información desde cualquier lugar y en cualquier momento. Pero desde el principio me generó cierta desconfianza eso de ceder todos mis archivos y fotos a un tercero y me he mantenido así. Mi método preferido para hacer una copia de seguridad de mis datos es utilizar un SSD externo. Me parece una opción muy cómoda y segura, la información solo la tengo yo y a día de hoy, con el tamaño de estos discos, llevarlo contigo cuando lo necesitas es muy sencillo. Por supuesto, también tengo otra copia de todo esto en mi ordenador principal para que, cuando uno de los dos discos fallen, tenga el otro con toda mi información a salvo.
Utilizo la nube principalmente cuando tengo necesidad de compartir archivos con terceros. Es decir, para compartir contenidos profesionales con clientes o cuando debo enviar algo, muchas veces en lugar de adjuntarlo al email lo envío a través de un servicio en la nube, precisamente porque me da la comodidad de modificar este documento si en algún momento lo necesito o incluso de eliminarlo o sustituirlo por otro.
Esto no significa que tú también tengas que hacerlo así, pero sí que espero que tengas en cuenta los consejos que te he dado anteriormente para que, con toda la información sobre la mesa, puedas hacer un uso responsable de la tecnología y utilizarla siempre a tu favor, para aprovechar sus ventajas y evitar sus inconvenientes que, como todo, también los tiene.