El 73% de los usuarios de iPhone y el 87% de los de dispositivos Samsung creen que aporta poco y nada a su experiencia. Hay mayor interés en el universo Apple.
Una reciente encuesta realizada por el sitio Sellcell revela que, al menos hasta el momento, la introducción de opciones de inteligencia artificial en los smartphones no ha marcado la diferencia que los fabricantes esperaban. En este trabajo se consultaron a más de 2000 usuarios con dispositivos iPhone o Samsung que incorporaron esta nueva tecnología.
La IA no es tan útil
Una gran parte de los usuarios, con acceso a inteligencia artificial en sus teléfonos, no ha empleado todavía estas opciones. En el caso de los usuarios de iPhone el 58,4%, en el de Samsung el 53,1%.
La principal razón del no uso en iPhone es que el software no está actualizado (57,6%), en Samsung esta misma razón tiene menor peso (19,7%). Un 18,2% de los usuarios de iPhone señaló problemas de desempeño, mientras que en el caso de Samsung esta misma causa llegó al 35,5%.
El 36,7% de los usuarios de iPhone y el 44,2% de los usuarios de Samsung no encontraron que las funciones fueran útiles.
Valoración
Solo el 11,1% de los usuarios iPhone y el 5,9% de los usuarios Samsung consideraron las opciones de IA como muy valiosas. Un 15,9% y un 7,1%, iPhone y Samsung, estimaron que eran valiosas, pero no de una forma significativa. El 73% de los usuarios iPhone y el 87% de los Samsung estimaron que las opciones de IA no valían mucho o bien no aportaban prácticamente nada.
Interés
El interés por la inteligencia artificial en los dispositivos es mayor que la valoración. El 47,6% de los usuarios Apple apuntaron estar interesados. En el caso de los Samsung el recurso es menos atrayente, con un 23,7% expresando interés. Es importante notar que el desarrollo de la IA no parece ser un factor fuerte para el cambio de marca. Solo el 16,8% de los usuarios Apple y el 9,7% de los Samsung cambiarían de bando por este motivo.
Lo señalado hasta el momento nos hace pensar que la implementación de IA es un requisito de prestigio, una obligación que sienten las compañías antes que un punto fuerte del producto. Aunque por otro lado resulta claro que hay intereses relacionados con la venta de servicios en el futuro.
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